Pablo Vommaro y Brenda Pereyra compiladores
Autores: Martín Armelino, Daniel Carlos Berisso, Paola Cyment, Rubén Darío de Dios, Ricardo Dello Buono, Gabriela Fernández, María Inés Fernández Álvarez, Laura Kropff, Virginia Manzano, Marcelo Pautasso, Brenda Pereyra, Maria Marta Quintana, Andrés Ruggeri, Matias Triguboff y Pablo Vommaro.
Ediciones Ciccus
Resulta imposible pensar los derechos humanos sin los movimientos sociales. Las movilizaciones sociales son y han sido el motor que construyó cotidianamente la definición sustantiva de qué derechos tiene un grupo de personas determinado. Los sujetos se organizan cuando se sienten agraviados o consideran que las cosas podrían y deberían ser diferentes. Rompen el status quo desafiando la noción de justicia socialmente construida y proponiendo redefiniciones más inclusivas. Sacan a la luz las injusticias ocultas. En la Argentina, sometida a una crisis económica sin precedente, los colectivos sociales fueron resistiendo y/o sobreviviendo apelando a los repertorios que aparecieron a su alcance y creando otras formas de expresión de la protesta. Muchos utilizaron estructuras organizativas existentes para hacer frente a esta coyuntura. Otros, recuperaron estrategias pasadas y las reeditaron en el nuevo contexto. En muchos casos, las personas ensayaron opciones colectivas donde el centro de la lucha pasaba por tratar de no perder lo que habían logrado acceder en décadas de lucha obrera. Otras experiencias produjeron una ampliación de las fronteras de lo posible, extendiendo los límites de las capacidades humanas para transformar la situación en la que se vive. Esta apertura a nuevas estrategias implicó muchas veces salir del espacio del olvido e ingresar al público y visible. Este quiebre permitió que sectores marginados encontraran un espacio para luchar por mejorar sus condiciones de vida y esbozar un proyecto social alternativo. Si bien la crisis económica generó un nuevo escenario, estas organizaciones no surgieron de una tabula rasa ni tampoco constituyeron una situación totalmente novedosa. Las ideas de crisis, inestabilidad, incertidumbre han estado presentes en diferentes períodos de la historia argentina. En muchos momentos crisis económicas devinieron en crisis políticas y viceversa. Los sectores subalternos han desarrollado estrategias de resistencia individual o colectiva a lo largo de toda la historia. A su vez, la exclusión social, si bien se manifestó de una manera más visible y clara, no era un fenómeno totalmente nuevo. El uso del espacio público, y la calle como plataforma de lucha también ha sido un elemento constante en la historia social y política de este país. Sin embargo, ha adquirido características singulares en los últimos años que colocaron la protesta callejera y la ocupación del espacio público como modalidades privilegiadas en la expresión del conflicto social. Ocho años después podemos mirar al pasado con la perspectiva del trayecto recorrido. Esa mirada nos permite ver el legado que estos movimientos han dejado en el camino. También nos permiten reflexionar acerca de los factores que debilitaron o fortalecieron su lucha por un cambio social. Este libro está pensado para un universo de personas que experimentan una primera vinculación con la realidad argentina y con la temática de movimientos sociales y derechos humanos. Es por ello que inicia esta reflexión intentando dar un marco de referencia que permita brindar herramientas para la comprensión los movimientos sociales que se desplegaron en la Argentina en las últimas décadas. Lo dicho no quiere decir que los textos que aquí se presentan no puedan ser aprovechados también por estudiosos de las problemáticas tratadas, militantes y miembros de las diferentes organizaciones, o personas que tengan algún interés singular en estas cuestiones.